Legación

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Legación argentina ante el Reino de Italia (1905). De izq. a der.: José María Cantilo (secretario), Severo Toranzo (agregado militar), Roque Sáenz Peña (ministro) y el coronel Eduardo Pedro Villarruel.

Una legación era una oficina de representación diplomática de rango inferior a una embajada. Mientras que una embajada estaba dirigida por un embajador, una legación estaba encabezada por un ministro plenipotenciario. Los embajadores superan en rango a los ministros y tienen precedencia en los eventos oficiales. Las legaciones fueron originalmente la forma más común de misión diplomática, pero cayeron en desuso tras la Segunda Guerra Mundial y muchas de ellas fueron elevadas al rango de embajadas.

Durante el siglo XIX y los primeros años del siglo XX, la mayoría de las misiones diplomáticas eran legaciones. Un embajador era considerado el representante personal de su monarca, por lo que solo una gran potencia que fuera una monarquía enviaría un embajador y establecería una embajada.[1]​ Una república o una monarquía más pequeña solo enviaría un ministro y establecería una legación. Debido a la reciprocidad diplomática, incluso una monarquía mayor solo establecería una legación en una república o en una monarquía más pequeña.[2]​ Por ejemplo, en los años del Segundo Imperio Francés, la Confederación Alemana del Norte tenía una embajada en París, mientras que Baviera y Estados Unidos tenían legaciones.[3]

La práctica de establecer legaciones fue cayendo poco a poco a medida que la embajada se convirtió en la forma estándar de la misión diplomática. El establecimiento de la Tercera República Francesa y el continuo crecimiento de los Estados Unidos significaron que dos de las grandes potencias eran repúblicas. La República Francesa continuó la práctica del Imperio Francés de enviar y recibir embajadores.[4]​ En 1893, Estados Unidos siguió el precedente francés y comenzó a enviar embajadores, elevando sus legaciones a embajadas.[2]​ Las últimas legaciones estadounidenses restantes, en Bulgaria y Hungría, se elevaron a embajadas en 1966.[5]

Las últimas legaciones en el mundo fueron las de los países bálticos,[6][7]​ que se convirtieron en embajadas en 1991, tras su independencia de la Unión Soviética.

Referencias[editar]

  1. «Ministers, Foreign». The popular encyclopedia; or, 'Conversations Lexicon'. Glasgow: W. G. Blackie. «Those of the first class, to whom in France the title of ambassadeurs is restricted, are not merely the agents of their government, but represent their sovereign personally, and receive honours and enjoy privileges accordingly. They can be sent out only by such states as possess royal honours.» 
  2. a b Allen, Debra J. (2012). Historical Dictionary of U.S. Diplomacy from the Revolution to Secession. Lanham, Md.: Scarecrow Press. p. 84. ISBN 9780810878952. «Basically, because of diplomatic protocol, a receiving state would not dispatch a representative with a higher rank than it has received, so when the U.S. sent ministers, it also received ministers, not ambassadors. ... The U.S. adjusted its ranking system in 1893 and began to send and receive ambassadors.» 
  3. Washburne, E. B. (1889). Recollections of a Minister to France, 1869–1877. New York: Scribner. 
  4. Washburne, E. B. (1887). Recollections of a Minister to France, 1869–1877, Volume II. New York: Scribner. 
  5. «Hungary – Countries – Office of the Historian». history.state.gov. Consultado el 6 de diciembre de 2016. 
  6. Kempster, Norman (31 de octubre de 1988). «Annexed Baltic States: Envoys Hold On to Lonely U.S. Postings». Los Angeles Times. 
  7. U.S. Department of State (February 1990). Diplomatic List. U.S. Government Printing Office.