Uzanto:ArnoLagrange/Georg Link

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Hans Georg Link (ofte nomata Juan Jorge Link) estis svisgermana montgrimpanto kiu kvinfoje surgrimpis Akonkagvon de 1936 ĝis 1944. Lia franca edzino Adrienne Bance estas la unua virino kiu atingis la montsupron de Akonkagvo la 7an de marto 1940. Ili ambaŭ pereis dum sia lasta provo la 17an de februaro 1944 kun la germanoj Walter Schiller kaj Albert Kneil. Tiun draman ekspedicion ankaŭ partoprenis la Esperantista mondvojaĝanto Tibor Sekelj kiu rakontas la okazaĵojn en sia libro «Tempesto sur Akonkagvo» (1946).

Dum sia unua surgrimpo de Akonkagvo en 1936 Link trafis la mortintan sidantan korpon aspektantan kvazaŭ statuo, de la aŭstro Juan Stepanek la unua, dek jarojn antaŭe, montgrimpanto pereinta dum provo surgrimpi tiun danĝeran monton. La korpo de Stepanek restis en la sama loko dek pliajn jarojn. En 1946 ekspedicio gvidata de Leŭtananto Valentin J. Ugarte malsuprenigis la korpon de Stepanek kiu restis 20 jarojn en la granda Acarreo. Oni retrovis en lia ŝuo pecon de ĵurnalo: temis pri «La Nación» de la 19a de januaro 1926 en kiu evidente aperis la vorto «fato» kvazaŭ antaŭvido de kio estis okazonta al tiu montgrimpanto dum sia supreniro.

Faktoj pri Akonkagvo[redakti | redakti fonton]

en[redakti | redakti fonton]

In January 1926 an Austrian living in Argentina, Juan Stepanek, died in Mount Aconcagua. His corpse was not rescued then and became mummified. It was seen for the first time by the Italian expedition led by Renato Chabod (1934) and was later rediscovered by Juan Jorge Link on the way down from his first summit (1936). He said about the corpse: The moonlight glimmered on the cliffs distorting the shapes and spreading confusing images of another world on the bright scenery. Suddenly, a man seated with his head resting on his hands appeared in the midst of the snow. Is this a hallucination or is it real?, Link wondered, since exhaustion could lead to a distortion of reality. He shouted to the mysterious climber, rock or man, who remained still. So he approached him and touched him under his windbreaker only to feel the hardness of marble. Link ran away. Later the expedition led by First Lieutenant Valentín J. Ugarte brought down Stepanek in the year 1946, after 20 years in the Great Acarreo. When the corpse was being carried down, a piece of newspaper was found in one of his shoes. It was La Nación newspaper from January 19, 1926, and on this page appeared visibly the word fatality as a premonition of what would happen to this climber on his way to the summit.

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es[redakti | redakti fonton]

En enero de 1926 muere en el Aconcagua Juan Stepanek, de origen austríaco y radicado en Argentina. El cuerpo de Stepanek no fue rescatado en ese momento. Momificado por el tiempo va a ser visto por primera vez por la expedición italiana de Renato Chabod (1934), siendo posteriormente redescubierto por Juan Jorge Link al descender de su primera cumbre (1936), quien relató: La luna bañaba los riscos distorsionando las formas y sembrando confusas imágenes de transmundo en la luminosa escenografía. De pronto un hombre sentado con la cabeza apoyada en las manos se le aparece en medio de los planos nevados. Alucinación o realidad se pregunta Link, por cuanto el agotamiento y el cansancio por el esfuerzo podía llegar a distorsionar la realidad. Le gritó al andinista misterioso, roca u hombre, que permanecía inmóvil. Se aproxima y lo toca bajo el rompevientos, su cuerpo tiene la dureza del mármol y Link huye. Será la expedición del Teniente Primero Valentín J. Ugarte la que bajará a Stepanek en el año 1946, luego de 20 años de permanencia en el Gran Acarreo. Cuando se realizaba el descenso del infortunado, se encontró en uno de sus zapatos un pedazo del periódico La Nación del 19 de enero de 1926, en el que aparecía visiblemente la palabra fatalidad, a modo de premonición de lo que le sucedería en el intento a la cumbre.

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fr[redakti | redakti fonton]

En janvier 1926 meurt sur l’Aconcagua, Juan Stepanek, d’origine autrichienne et résidant en Argentine. Le corps de Stepanek n’a pas été récupéré à ce moment-là. Il est vu momifié pour la première fois par l’expedition italienne de Renato Chabod (1934), et redécouvert plus tard par Juan Jorge Link lors de la descente de sa première cime (1936). C’est lui qui racontait ainsi cet épisode: La lune inondait les rochers escarpés en dénaturant les formes et en semant des images de l’au-delà dans la scène lumineuse. Du coup, un homme assis la tête entre les mains, apparaît au milieu des plateaux enneigés. -Hallucination ou réalité se demande Link, car l’épuisement et la fatigue pouvaient parfois modifier la réalité. Il a appelé l’alpiniste mystérieux, -roche ou homme-, qui démeurait immobile. Il s’est approché et l’a touché , son corps avait la dureté du marbre et Link s’enfuit. Ce sera l’expédition du lieutenant-premier Valentín J. Ugarte qui redescendra le corps de Stepanek en 1946, après 20 ans sur le grand charriage. Quand on a descendu l’infortuné, on a trouvé dans une de ses chaussures un morceau du journal La Nación du 19 janvier 1926, où il y avait le mot fatalité, ce serait peut-être une prémonition de ce qui lui était arrivé.

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aliaj lingvoj[redakti | redakti fonton]

Montgrimpantoj mortintaj dum surgrimpo de Akonkagvo[redakti | redakti fonton]

Nro 	Name 	        Nacionality 	Route 	Year
1 	JUAN STEPANEK 	Austrian 	north 	1926
2 	BAZIL MARDEN 	British 	north 	1928
3 	HELMUTH REISING German 	        north 	1933
4 	NEWELL BENT 	North-american 	north 	1936
5 	FERNANDO SOLARI Chilean 	north 	1937
6 	RUPERTO FREILE 	Chilean 	north 	1937
7 	JOSE KASTELIC 	Eslovenian 	north 	1940
8 	JUAN JORGE LINK German 	        north 	1944
9 	ADRIANA BANCE 	French 	        north 	1944
10 	WALTER SCHILLER German  	north 	1944
11 	ALBERT KNEIDL 	German 	        north 	1944
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Golden Retriever Scales Aconcagua[redakti | redakti fonton]

May 17, 2005 In 1940, Pioneer climber Juan Jorge Link and his wife, Adrienne Bance (the first woman to climb Aconcagua), reached the summit with their dog FIFI. Link summited the mountain four times, always with his dog. On his fifth attempt, the couple disapered to be never found.

In 1945, the expedition that placed the first argentinian female Nelly Noller on top of Aconcagua, founded Fifi's frozen body few meters away from the top.

Over the last 15 years, dogs that follow muleteers or mule drivers (arrieros in spanish), that carry expedition's gear and supplys to Plaza de Mulas BC, often follow climbers all the way to the top.

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SOME NOTES ON THE HISTORY OF ACONCAGUA[redakti | redakti fonton]

Juan Jorge Link, who died in an attempt in 1944, had previously reached the summit four times between 1936 and 1942.

1940 On March 7, the summit was reached by Adriana Bance Link, Pablo Franke, Semper, Etura, Lopez and J. J. Link (the latter's third ascent). One member of this party, J. Kastelic (a priest), died the mountain's seventh victim.

[Adriana Link was the first won1an to make the ascent of Aconcagua. With J. J. Link and two others, she perished in another attempt on the mountain on February 17, 1944.]

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Recordemos a Link[redakti | redakti fonton]

Documentos
15 agosto 2001

¿Quién de los que verdaderamente aman a la montaña no ha oído hablar, o leído algo acerca de Juan Jorge Link, el "Cóndor de los Andes que se cubrió de gloria al alcanzar, en cuatro ocasiones la cumbre principal del Aconcagua?

Link murió el año de 1944, cuando intentaba realizar su quinta ascensión al "Coloso de América". Cayó allá, en las alturas del Aconcagua. Pero estoy seguro de que murió sonriendo, sí; porque en ese momento supremo se encontraba al lado de sus más grandes amores, su esposa y "su montaña".

Para avivar el fuego del recuerdo hacia ese andinista de nervios de acero y corazón bien puesto, transcribiremos, del libro de Tibor Sekelj "Tempestad sobre el Aconcagua", unas anécdotas referidas en aquella trágica expedición de 1944.

"En uno de los descensos solitarios de la cumbre —contaba Link— estaba yo bajando por la cuesta cubierta de nieve iluminada por la luna, cuando de pronto vi una roca que se parecía a un hombre sentado. Me le acerque para observarla mejor, y entonces me di cuenta de que no se trataba de ninguna roca, sino de un hombre sentado sobre una piedra, con la cabeza apoyada en la mano, como si estuviera descansando. Vi estupefacto su larga barba, las antiparras sobre el pasamontaña que le cubría la cara, y la mochila al hombro. No cabía más duda. O era un hombre durmiendo, o era una alucinación en aquella luz plateada que poblaba de visiones fantasmagóricas las rocas torturadas por el viento. Un grito se me escapó, que yo mismo no supe aclarar si era para despertar al andinista misterioso o para despertarme a mí mismo de la pesadilla; pero el grito no surtió ningún efecto. Entonces me quité el guante y lo toqué. Sentí un cuerpo duro bajo el traje . Le toqué la barba... y era barba. Le toqué la cara, pero sentí bajo los dedos la terrible sensación de tocar un mármol. Retiré la mano, entonces, y corrí hacia abajo, sin saber si había enloquecido o era verdad lo que había visto. Recién después, al buscar la verdad, me enteré de que se trataba del cadáver de Stepanek, quien murió sobre el Aconcagua unos diez años antes y que seguía sentado en el lugar donde había fallecido, perfectamente conservado por el intenso frío."

Otro de los episodios relatados en aquella expedición, fué el vivido por el profesor Schiller en el año de 1907:

"Yo había estado escalando los cerros alrededor del valle volcán ya durante dos meses, volviendo de vez en cuando a mi base para abastecerme de víveres. Un día, en la ladera del cerro me alcanzó un temporal y me refugié bajo una roca que, si bien me guardaba del viento, no lo hacía de la nieve, y pasé allí la noche. Estaba sin capa y sin bolsa de dormir, cosas que casi nunca llevaba, por comodidad, y por la mañana estaba totalmente cubierto por la nieve. La tormenta prosiguió durante dos días y dos noches y yo no podía moverme de mi escondrijo. El alimento que tenía conmigo ya se había acabado casi totalmente; sólo me quedaban unos terrones de azúcar y un frasquito de alcohol por día. Era muy poco pero me daba fuerzas.

"Al tercer día amainó el viento y me atreví a emprender el descenso. Mis miembros estaba rígidos por el frío y mis manos mostraban un principio de congelación. Me movía dificultosamente abriéndome camino en la nieve, que en ciertos lugares llegaba a una altura de tres metros. Me hundía hasta la cabeza y empleaba horas enteras para salir otra vez a la superficie. Iba así cuesta abajo, y cuando la noche se estaba acercando, busqué una roca y al pie de ella me construí un refugio de nieve. Por la mañana del día siguiente continué arrastrándome hacia el valle Horcones que parecía estar tan cerca, pero que quedaba siempre a la misma distancia. El tercer día y el cuarto y el quinto hice otro esfuerzo parecido, alimentándome siempre de dos terrones de azúcar con alcohol. Recién el séptimo día llegué al valle, que se encontraba cubierto de nieve como raras veces en épocas del verano. Arrastraba penosamente mi cuerpo hecho un esqueleto, con la esperanza de poder llegar hasta la primera población. Pero faltaba mucho todavía. Ocurrió entonces que me deslicé y caí en una grieta entre dos rocas en el glaciar Horcones. Caí con la cabeza para abajo y con tan mala suerte, que mi cabeza quedó encajonada en el fondo de la grieta, cubierta por la mochila, mientras que los pies sobresalían un tanto de las rocas. Hice un esfuerzo sobrehumano para librarme de la trampa que la naturaleza me había tendido, pero fué inútil. Lo único que conseguí fué cambiar un poco la posición de la cabeza y darme vuelta para estar acostado con la espalda sobre el fondo de la roca, posición que me permitía respirar. Pasé así la noche y parte del día siguiente. Me pasaba las horas así inmóvil, agonizando, sin esperanzas ya de recuperar mi vida. Ni siquiera pude alcanzar mis terrones de azúcar.

"La agonía me insensibilizaba por completo y mis miembros, que por la inmovilidad y el intenso frío habían iniciado su congelamiento, ya no me causaban dolor. Ni siquiera el frío sentía. De pronto, no sabía si era alucinación o realidad, oí voces humanas que se estaban acercando. Mi mente, que ya había empezado a hundirse en la obscuridad, volvió a encenderse y no sé si lo hice instintivamente o con sano criterio, pero con los últimos restos de mis fuerzas levanté uno de mis pies, para que sobresaliera de la roca, y lo moví para llamar la atención. Quiso la Providencia que la maniobra no fallara. Pronto llegaron los transeuntes a la grieta, con la mayor estupefacción, y me sacaron del aprieto. Luego me dieron de beber y comer y me aplicaron fricciones. Inmediatamente me llevaron a Puente del Inca, de donde me trasladaron a un hospital de Mendoza, donde recuperé mis fuerzas.

"Los hombres que me salvaron la vida, eran unos baquianos de una expedición holandesa, que, por una coincidencia pasaban por allí, quizás el últimos día en que fué posible salvarme la vida. Era una de esas casualidades inexplicables que a uno lo dejan sin saber qué pensar, pues en aquella época se organizaban expediciones muy de vez en cuando por la cordillera, y ésta es tan extensa, tiene tantas montañas y tantos valles, que podrían vagar por ella dos expediciones durante años sin encontrarse."

© Alpinismo, revista mensual. Tomo 2, número 13, octubre 14 de 1950. Páginas 43-44.

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Tombo de Hans Georg Link und Adrienne Bance[redakti | redakti fonton]

Cementerio del Andinsta, Grab der Aconcagua-Besteiger Hans Georg Link und Adrienne Bance